–Para que lo sepas, tu
virginidad no está a
salvo conmigo. Así
que cuando tengas cara de querer que devore cada centímetro de tu boca, lo haré sin una pizca
de remordimientos. Sin embargo, dudo que tú sientas lo mismo después.
–¿Cómo sabes de qué voy a arrepentirme?
En cuanto las palabras
abandonaron mi boca, me di cuenta de que probablemente debería haberme guardado el comentario para mí. Los ojos de Roth se abrieron y se
fijaron en mí, y
entonces se movió
con increíble
rapidez.
Se puso encima de mí y me miró con unos ojos que eran un mosaico de cada tono dorado
imaginable.
–Sé muchas cosas.
–Apenas me conoces.
–Llevo mucho tiempo observándote, siempre a un par de pasos por
detrás
de ti. No estaba tratando de ser un acosador cuando te dije eso. –Pasó el dedo por el dobladillo de mi
camiseta prestada, y sus nudillos rozaron la curva de mi pecho–. ¿Sabes lo que
vi?
Pestañeé con lentitud.
–¿Qué?
Dejó de toquetearme el dobladillo y deslizó la mano por la curva de mis costillas
mientras agachaba la cabeza. Sus labios se movieron junto a mi oreja.
–Vi algo que intentas
esconder desesperadamente a todo el mundo. Algo que me recordaba a mí.
Tomé aliento rápidamente, con la boca seca.
Roth presionó los labios contra mi sien y deslizó la mano bajo el borde de mi camiseta.
Di un salto cuando sus dedos me tocaron el vientre.
–Siempre parecías sola. Incluso cuando estabas con tus
amigos, estabas sola.
Noté un espasmo en el
pecho.
–Y tú… ¿tú estás
solo?
–¿Tú qué crees? –Se movió de modo que una pierna quedara entre
las mías–.
Pero en realidad eso no importa. Ahora mismo no estoy solo, y tú tampoco.
Quería continuar la conversación, pero su mano subió por mi estómago y se detuvo en el borde de mi
sujetador. Mi cuerpo tenía
mente propia y se arqueó
contra la mano, alentándolo
a seguir sin saber realmente por qué. Sus ojos se encontraron con los míos. Había algo ardiente y calculador en su mirada; fiero y
predatorio.
La mirada de Roth cayó sobre mi boca, y noté cómo su pecho se alzaba bruscamente
contra el mío.
Una suave brisa comenzó a
soplar, agitando los toldos, que se movieron sin producir ningún sonido, mostrando el cielo. Entonces
supe que iba a besarme. La intención estaba en su mirada, en su forma de bajar la cabeza
hacia la mía y
separar los labios. Levanté la mano y la puse sobre su mejilla. Su piel era cálida, más caliente que la mía.
Roth se apretó contra mí, y mi corazón latió a
una velocidad de vértigo. Nuestros cuerpos estaban casi alineados, como si
encajaran, y su aroma almizcleño y
salvaje me envolvía.
Hubo un breve momento en el que la parte inferior de su cuerpo se movió contra la mía y todos mis nervios cobraron vida,
pero entonces soltó un
suspiro lleno de arrepentimiento y se apartó de mí.
Se me quitó de encima.
Se puso en pie junto al diván y estiró los brazos por encima de la cabeza, mostrando un vistazo
tentador de sus abdominales y el tatuaje del dragón.
–Voy a por café. Tenemos
que hablar.
El beso del infierno – Jennifer L. Armentout
Hola preciosa!
ResponderEliminarGenial el beso! No veas que ganas tengo de hacerme con este libro.
feliz Viernes!
−Fantasy Violet−
Besotes! ♥
Hola ^^
ResponderEliminarAinss Roth jajajaj es mucho Roth XD
Holaaa, ayy, tengo muchas ganas de leer esta saga de la autora, pero quedé un poco empachada con Cazadora de hadas, así que estoy esperando olvidarlo un poco y entonces sí, ponerme con este :D
ResponderEliminar¡Beesos! :3
Hola!! madre mia, menudo corte de rollo jajajajaja una buena escena de alto voltaje que creía que iba a terminar de otra forma. Besos!
ResponderEliminarHola :)
ResponderEliminarQué escena! ►Pero en realidad eso no importa. Ahora mismo no estoy solo, y tú tampoco.◄ Es muy bonito, aiiis Roth! ♥.♥
Besinos.
Roth ♥♥♥♥♥♥
ResponderEliminar