—Pues voy a darte otro motivo para que sigas jugando a buscar las siete
diferencias, aunque puede ser que no las halles y te des cuenta de que no soy
tan distinta a las otras chicas. ¿Tienes novia, Darío?
Arrugué las cejas completamente descolocado.
—No, ¿por?
—¿Y esposa? ¿Estás casado?
—¿Qué tiene que ver eso con lo que estamos discutiendo?
—¿Lo estás o no?
—No, joder, no lo estoy, ¿algún problema?
—Ninguno.
Y sin que la viera venir, se estrelló contra mi boca.
Pero no hablo de un simple pico, no; había lanzado los brazos alrededor de
mi cuello y me besaba con dedicación. Con total dedicación. Y, claro, ni soy de
piedra ni me circula horchata por las venas, de modo que la cerqué por la
cintura, pegándola a mí, y entré en su boca en busca de consuelo.
Almas de cristal – Anali Sangar
Hola ^^
ResponderEliminarMe ha gustado la escena, voy a bichear la sinopsis y demás por si me llama jeje
¡Hola! =)
ResponderEliminarNo lo conocía, agradezco la escena ^^
Un besitooooo :P
hola,
ResponderEliminarbonito fragmento, no se si tengo el libro apuntado, voy a mirar porque me ha gustado mucho
Besotessssssssssssssss
Holaa, qué interesante que sea de la perspectiva masculina, creo que hay pocos así :P
ResponderEliminar¡Beesos! :3
Q precioso♥
ResponderEliminarQué bonita escena. Tengo pendiente leer este libro de Analí.
ResponderEliminarbesos