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viernes, 23 de octubre de 2015

Besos de libro #79 Cruzando los límites (II)


—¿Qué tengo que hacer para que me perdones? ¿Quieres gritarme? ¿Quieres pegarme? Si eso te va a hacer sentirte mejor, adelante.
La bofetada lo pilló por sorpresa. Se llevó la mano a la mandíbula con un gesto de dolor. La masajeó y un quejido escapó de su garganta. Entornó los ojos. Empezó a encenderse, aunque no sabía muy bien en qué sentido. A la mierda la paciencia. Dio un paso amenazador hacia ella.
—¿Te sientes mejor? —masculló Caleb con un tono alarmantemente bajo.
—La verdad es que sí. —Y era cierto. Nunca le había pegado a nadie, pero Caleb había logrado sacarla de sus casillas.
—Me alegro...
—¿Sí? —lo cuestionó Savannah en tono burlón.
—Sí, porque ahora me toca a mí.
Los ojos de ella se abrieron como platos.
—¿Vas a pegarme? —preguntó asustada.
Caleb negó con la cabeza y sus ojos brillaron con malicia tras sus espesas pestañas. La agarró por los hombros y tiró de ella. Savannah lo apartó, pero Caleb volvió a arrastrarla hacia él. Tomó con ambas manos su rostro y la atrajo con brusquedad. Le cubrió los labios con su boca, respirando con dificultad. Savannah continuaba resistiéndose. La abrazó por la cintura y oprimió sus labios contra los de ella con más fuerza. Con su cuerpo la empujó hasta dejarla contra la pared. De su pecho surgió un sonido mitad gemido mitad gruñido. La besó con más intensidad, abriéndole los labios con su lengua casi a la fuerza.
Savannah cedió y lo recibió con un sonido de lo más sensual. Gimió al sentir su contacto, su sabor. Sus manos se aferraron a sus hombros, descendieron por sus brazos y acabaron en sus caderas, tirando de él para sentirlo más cerca.
Caleb se apretó contra ella y gruñó casi sin aliento. La tomó por las mejillas y echó la cabeza hacia atrás para mirarla. Apenas podía respirar y jadeaba con los labios rozando los de ella. En sus ojos ardía un fuego capaz de consumirlos a los dos.
—¿Por qué te resistes tanto conmigo? Sé que estás loca por mí, tanto como yo por ti —susurró Caleb, tirando de su labio inferior con un mordisquito.
Savannah le colocó las manos en el pecho e intentó apartarlo. No pudo, era como mover un bloque de una tonelada.
—Tienes una tendencia preocupante a invadir el espacio de los demás —dijo sin aire en los pulmones. El corazón se le iba a salir por la boca. Cada vez que él le rozaba el cuerpo podía sentir cómo se incendiaba un poco más, y una deliciosa tortura se apoderó de su vientre.
—Solo el tuyo —contestó Caleb con una sonrisa torcida. Sus manos, a ambos lados de la pared, se deslizaron hasta la altura de sus caderas—. Contesta —pidió muy serio.
—No me resisto.
—Sí lo haces, es lo único que haces. Das un paso hacia mí e inmediatamente retrocedes tres. Y como juego está bien, pero creo que esa parte ya la hemos dejado atrás esta noche y que estamos en el siguiente nivel. —Acercó la boca a la de ella y deslizó la lengua sobre su labio inferior mientras colaba la mano bajo su camiseta, rozándole el estómago.
Ella se estremeció y la temperatura de su piel aumentó.
—¿Y qué nivel es ese? —preguntó Savannah, sin poder apartar la vista de sus labios. Tenían sobre ella un poder fascinante. Sin darse cuenta se inclinó hacia delante, buscándolos, pero él retrocedió y sonrió, provocándola.
—El nivel en el que deberíamos aflojar un poco esta tensión que hay entre tú y yo, porque a mí me está volviendo loco —masculló.
Apoyó su frente en la de ella. Cerró los ojos y aspiró el olor de su perfume. Savannah volvió a buscar sus labios y esta vez dejó que llegara hasta ellos. Apenas se rozaron, tentándose el uno al otro.
—Vale —respondió ella, temblando de pies a cabeza.
—Vale, ¿qué?
Savannah cerró los ojos y enredó los dedos en su cabello mientras él la besaba en el cuello y con la lengua trazaba el hueco bajo su oreja. Contuvo el aliento al sentir la mano de Caleb ascendiendo bajo su ropa, acariciándole con las puntas de los dedos el abdomen. Le rozó la curva del pecho por encima del sujetador y se le doblaron las rodillas.
—¿Qué? —insistió Caleb.
Savannah se apretó contra él.
—Siguiente nivel —murmuró.
Cruzando los límites María Martínez

12 comentarios:

  1. Qué beso más largo el de esta semana... para quedarse sin respiración! ;)

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  2. Hola^^
    Me ha gustado mucho el beso y me muero de ganas de leer este libro.
    un besote!

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  3. Me lo compro xD cuando pueda me lo compro jajajajaja ya está en la lista de deseos pero es que estoy pobre ahora mismo xD

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  4. Ayyyyy me encantó este libro y ese momento <3 El tortazo no se lo esperaba Caleb para nada, jajaja el beso es genial ;)

    Bicos y buen fin de semana!

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  5. *o* tengo unas ganas loca de leer este libro!!! a ver si me llega pronto^^
    besotes

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  6. ¡Hola!
    Gracias por este beso. Me ha encantado. Pienso que refleja muy bien lo intensa que es la atracción que sienten el uno por el otro. ¡Y cómo van mejorando!!
    Un abrazote.

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  7. ¡Que momentazo del libro! Me han dado ganas de continuar leyendo!!

    Besos =)

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  8. ¡¡Qué gran momento!! Me apetece mucho leer este libro, además es un género que seguro que ahora me venía muy bien. Besos

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  9. Hola!!
    Tengo este libro pendiente desde hace tiempo, pero con este trozo me ha dado mucha curiosidad por empezarlo!!!
    Besitos

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  10. Me encantó este libro!!!! y esa escena es *__*

    besos

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  11. Guauu que escena!! me dejas con ganas de leerlo.
    un beso

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  12. Ay, necesito este libro :(
    Espero poder tenerlo pronto

    Un beso^^

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