—No sabes cuánto tiempo llevo deseando esto…
Kali no pudo registrar del todo aquellas palabras, incluso llegó a dudar de
que Nahuel las hubiera dicho, pero no le importó, sobre todo porque en ese
momento el fae profundizó el beso con verdaderas ansias, besándola como nunca
lo habían hecho, dejando en el olvido la idea de que él no se sentía atraído
por ella.
La joven respondió con ganas, avivando el calor que la devoraba por dentro,
y cuando Nahuel se abalanzó sobre ella, colaboró y dejó que él la tumbara sobre
el fresco musgo.
Sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo de él, empezando por su amplia
espalda y bajando por su torso hasta llegar a la cinturilla de sus pantalones.
La temperatura del ambiente había subido demasiado, en especial cuando sus
besos comenzaron a recorrer su mandíbula para poco después sembrar pequeños mordiscos
por su cuello, provocando pequeñas descargas en todo su cuerpo. Notaba además
como si su poder estuviera entremezclándose con el de él. No estaba segura, lo
único que sabía era que entre jadeos comenzó a suplicar más.
Sin titubear, Nahuel se separó de ella para quitarse la camiseta, y Kali no
dudó en imitarlo. Segundos después las manos de él la ayudaron a quitarse sus
pantalones, para hacer lo mismo con los suyos a continuación. No tardó en
volver a inclinarse sobre ella, besándola de aquella manera abrasadora que la
estaba volviendo loca.
Las caderas de él se mecían contra las de ella a un ritmo delicioso, y
cuando pensaba que ya no podría soportarlo más, él se detuvo.
—Mírame. —Escuchó su voz grave y por supuesto que obedeció.
Nahuel le dedicó una lenta sonrisa.
—Eres preciosa. —Ante aquella declaración, Kali se incorporó para buscar
sus labios, y él, sabiendo lo que buscaba, se lo dio.
Los reinos olvidados - Paula Ramos
ooooh me ha encantado *.*
ResponderEliminar<3
Me enantó jajajaja
ResponderEliminarMe ha encantado! en el libro tiene que estar genial.
ResponderEliminarBesos!