Besos de libro #44 Noche oscura en París (I)

Él la atrajo hacia sí y acalló su protesta con un beso. Sus labios se movieron tímidamente sobre la boca de ella, atónita y paralizada. Ella le apoyó los puños en el pecho.

Estaba besándola. Besándola. Desde luego ella no se lo esperaba.

Él le pasó el brazo por la cintura y la acercó a su propio cuerpo. La abrazaba como si una corriente turbulenta tratase de alejarla de él. Un gruñido grave y ansioso surgió en la garganta de él, y ella se rindió. Sus dedos se abrieron sobre el pecho del hombre t correspondió al beso con sus suaves labios.

Fue fantástico. Él  era fantástico, y ella se apresuró a asimilar las chispas que le encendían la piel en los puntos de contacto con él: la espalda, donde la mano de él recorrió despacio la columna vertebral y acabo cogiéndola de la cadera; la base del cuello, donde las puntas de sus dedos ascendieron hasta las horquillas que le sujetaban los oscuros cabellos.

Noche oscura en Paris – Page Morgan