Título original: The Cold Light of Day
Año: 2012
Duración: 93 min.
País: Estados Unidos
Director: Mabrouk El Mechri
Guión: Scott Wiper, John Petro, Richard
Price
Música: Lucas Vidal
Fotografía: Remi Adefarasin
Reparto: Henry Cavill, Sigourney Weaver,
Bruce Willis, Joseph Mawle, Caroline Goodall, Verónica Echegui, Shira Scott
Astrof, Rafi Gavron, Jim Piddock, Óscar Jaenada, Emma Hamilton, Colm Meaney
Productora: Intrepid Pictures / Film Rites
/ Galavis Film / Picture Machine / Summit Entertainment
Género: Thriller. Acción | Espionaje
Sinopsis
Un joven cuya familia es secuestrada
durante unas vacaciones en España, dispone solamente de unas horas para
resolver el problema. Antes tendrá que desentrañar un oscuro secreto de su
padre. Al mismo tiempo que intenta rescatar a los suyos descubrirá una
conspiración del gobierno.
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No tenía pensado
escribir reseña de esta película pero no lo puedo evitar. Atención porque
tendrá spoilers –pero que no os importe, así os la ahorro- y le voy a dar caña
porque se lo merece. Y no sé por dónde empezar.
De verdad que no voy
buscando las películas de este hombre, que me llegan solas. El caso es que
cuando la vi, dije ‘anda si este parece Henry Cavill’ y sí, es él. Así que me
la desc… esto que la conseguí muy barata.
¿Queréis ver a Henry
Cavill dando tiros por Madrid? Bueno, eso ya es cosa vuestra. Cuando conseguí
esta película no tenía ni idea de lo que iba. Solo sabía que salían Sigourney
Weaver, Bruce Willis entre otros acompañando al Super.
Pero, de verdad, ¿hace
falta que vengan los americanos a destrozar nuestras ciudades? ¿Es que ya se
han aburrido de las suyas? No les motiva ya, ¿no?
Os voy a contar un poco
de que va el tema, que diría Ángel Sanchidrián. La película trata de un Henry
Cavill que viene a España a pasar unas vacaciones en familia en un barco en una
cala del territorio español. Resulta que el padre es Bruce Willis y que no se
llevan muy bien que digamos. Después de una pelea padre/hijo, el niño decide ir
a darse una vuelta y al regreso no se encuentra ni al tato.
Se vuelve loco poseso buscándolos
y decide ir a la policía cuando se encuentra el barco vacío. La poli, que no podría
ser de otro modo en una película de este tipo, intenta también secuestrar al
muchacho y ahí es donde aparece papá Willis y le da una somanta muy apañada
nada menos a que tres policías. Mientras que el chicuelo, con los músculos que
tiene que con solo dar una cachetada tiene que arrancar media dentadura, está
por los suelos tirado porque le han pegado un poquito. El caso es que el padre
lo salva y se lo lleva tan ricamente.
Y aquí es donde empieza
la trama realmente de la película porque resulta que papa Willis es un espía de
la CIA (oh, sorpresa) y que sus hijos (porque Cavill tiene un hermano) no lo sabían
pero la mujer sí.
El caso es que en un pispas
están de camino a Madrid y en medio pispas han llegado. ¿Y qué es lo primero
que vemos al llegar a Madrid? Pues un cartelito de esos de carretera que pone
Madrid (hasta aquí bien) pero de fondo se ve la Puerta de Alcalá.
El equipo de producción de
la película ha hecho un buen trabajo de documentación para la película (nótese el tono irónico) y han
puesto en ella todos los tópicos típicos que ellos, los americanos, creen que
tenemos. Bueno, en realidad, les ha faltado enseñarnos una flamenca encima de
un televisor.
Es tan predecible que
cuando Bruce Willis se baja del coche en Madrid para tener un encuentro de esos
típicos de espías ya sabía que lo mataban. Y oye, que no me equivoqué. Porque no
hay como decirle a tu hijo, al que le has ocultado tu verdadera identidad toda
la vida, que estás orgulloso de él para firmar tu sentencia de muerte.
Las caras de horror de
Cavill en toda la película son de risa. De verdad. A este chico deberían darle más
papeles cómicos porque lo hace muy bien. Ay, espera que no. Que aquí no
pretende hacer reír…
También se han
documentado muy bien sobre el plano de la ciudad de Madrid (¬¬). Es muy normal
que vayas en el metro hacia la Puerta del Sol y que te bajes en Atocha en el jardín
botánico. Si yo que no soy de allí ni vivo en esa ciudad me doy cuenta de esas
cosas, los madrileños ya ni te cuento.
Ahora vamos a por Sigourney
Weaver, que tampoco tiene desperdicio su aparición estelar en esta cinta (otra
vez esta ironía mía). Ella es la mala y no hay más que verla porque cuando no
se pierde ni el peinado ni el maquillaje ni siquiera después de un tiroteo para
dejarlo todo como un colador es que tienes un pacto con el diablo y así solo
puedes ser la mala de la película. Pero es
que después de una persecución con tiros y en la que su coche da mil vueltas de
campana (a las puertas Las Ventas), la tía sale del coche tan fresca sin una
arruga en el traje y con un peinado que ya quisiera yo recién salida de la peluquería.
No se salva nada de esta
película, ni el guion (esperad que me termine de reír porque es inexistente),
ni las actuaciones de ninguno de los actores que aparecen. Y cuando digo nadie
es NADIE. De Bruce Willis esperaba poco porque ya sabemos lo que es en las películas
en las que aparece pero, al menos, tiene la decencia de morirse pronto y dejar
de castigarnos con sus caras de palo-tío-duro-que-te-meto. Ni las
escenificaciones, ni las persecuciones, de la documentación ya os he comentado
algo. Total, que es un bodrio de hora y media que todavía me estoy preguntando
como lo he resistido.
Antes de despedirme de
la entrada de hoy quiero comentarte una cosita, Henry. Ya sé que no me vas a
leer pero igualmente te lo voy a decir. Guapetón deja de meterte cositas para
petarte los músculos porque te van a reventar que te veo andar y pareces
robocob.
Podría contaros más
cosas pero creo que ya me he despachado bien y a gusto. Perdonad el testamento que me ha salido. Ahora contadme vosotros
si la habéis visto y si no lo habéis hecho, de verdad ahorraros la hora y media
que dura que seguro que encontráis algo mucho mejor y más productivo (como
mirar el techo de vuestra habitación) que hacer.