—¿Qué se supone que estás haciendo? —preguntó.
—Rendirme a ese poder que tienes sobre mí —respondió, al tiempo que se
inclinaba para acceder a su boca.
Le dio un beso lento, dejándole probar la humedad de sus labios. Sabía a
vino y a deseo prohibido, y era embriagador. Sofía gimió quedamente y él
introdujo la lengua despacio, para darle una caricia suave antes de retirarse y
comenzar a adorar sus mejillas. Mientras una mano se había parado a mitad del
muslo, la otra acariciaba su cuello, su clavícula y subía hasta su cabello
mojado, para introducir los dedos y rozar la cabeza ligeramente con las uñas,
cerca de su nuca. No habría podido resistirse ni aunque lo hubiera deseado.
Julen sabía tocarla en los lugares precisos para que su cuerpo se derritiera y
su voluntad se evaporara.
Él se apretó un poco más contra su cuerpo, pero le pareció que aún estaba
demasiado lejos. Su lengua comenzó a juguetear cerca de su oído; sus dientes
pellizcaban con delicadeza la piel sensible del cuello y le provocaban un
estremecimiento. De repente la mano sobre su muslo parecía arder, y sintió una
necesidad feroz de que la moviera, así que decidió tomar la iniciativa y puso
la suya encima, para empujarla un poco más arriba. La risa ronca de Julen vibró
en su oído; giró la mano y le sujetó la muñeca. Sofía sintió la piel helada
cuando la separó.
—Estese quieta, señoga Mágques —le dijo, imitando el desquiciante acento
francés y el tono autoritario del agente Allard del aeropuerto de Lyon. Si no
hubiera estado tan excitada en ese momento, le habría dado una bofetada por
traerle a la memoria un episodio tan humillante—. Si querías mandar, haber
empezado tú el juego —le ronroneó cerca de la boca.
—¿Se trata de un juego? —jadeó ella cuando Julen puso de nuevo la mano
sobre su pierna y empezó a moverla con lentos círculos ascendentes.
—Uno que puede ser maravilloso dependiendo de con quién se juegue
—respondió.
Sin darle opción a replicar, volvió a besarla. Sus lenguas se enredaron
abrasadoramente en un ritmo pausado y ardiente lleno de promesas.
Cómplices –
Estefanía Jiménez
Gracias por dar voz a mis Cómplices una vez más 😍
ResponderEliminarQué ganas tengo de leer a esta autora.
ResponderEliminarBesos
hola,
ResponderEliminarno he leído este libro, mirare a ver si lo tengo apuntado.
Gracias por el fragmento
Besotesssssssssss
#yomequedoencasa
Buenas!
ResponderEliminarNo he leído el libro pero me ha encantado el fragmento ^^
Gracias <3
Momentazooooo, gracias por compartirlo =)
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