Besos de libro #285 Te regalaré pensamientos (I)

—Quiero ser el primero en felicitarte.

—¡Ya lo has sido! —rio Maddy.

—Como mujer —aclaró Cameron. Sus cabellos volaban rebeldes con el viento y sus ojos negros la atraparon, la hicieron caer al pozo oscuro de sus deseos y la hipnotizaron, imposibilitando cualquier movimiento.

Cam apoyó una mano sobre el alféizar de la ventana y estiró su cuerpo hasta dejar el rostro a escasos centímetros del de la joven. De cerca, sus ojos eran más verdes, sus labios más llenos y el cabello suelto enmarcaba un rostro de facciones delicadas. Ciertamente no supondría ningún esfuerzo actuar como un devoto esposo, porque como apasionado novio no tenía que hacer ningún esfuerzo.

Se acercó con tiento, tomándose un tiempo del que no disponía, hasta besarla con delicadeza. Ella lo acogió con dulzura e inexperiencia y eso le agradó más lo que había imaginado. Cameron sabía que debía detenerse ahí, pero no pudo evitar entreabrir la boca y rozar con la punta de la lengua la textura aterciopelada de sus labios. Absorbió el suspiro de la joven y se atrevió a penetrar para dejar una sutil caricia. Para Maddison fue como si todos sus sentidos hubiesen estado dormidos durante diecisiete años y con ese beso despertaran de golpe. Apretó las flores contra su pecho como deseaba hacer con Cameron y se rindió a que él la explorase y a explorar ella misma la mecánica de los besos. Para su disgusto, el contacto cesó y Cameron se retiró igual de despacio que se había acercado. Su rostro parecía sorprendido también, pero se recompuso y con rapidez se despidió.

—Felicidades, Maddison —repitió con voz ronca antes de empezar a descender. Cuando sus pies ya casi tocaron el suelo, volvió a mirar hacia arriba—. Esperaré ansioso esta noche para nuestro baile.

Te regalaré pensamientos – Tessa C. Martín