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viernes, 14 de julio de 2017

Besos de libro #155 Mi plan D (II)



—No debemos… Esto se está volviendo muy complicado.
La punta de su nariz rozó la mía antes de contestarme.
—Bien, entonces no pasará nada por complicarlo todo un poco más.
Y en ese momento me besó.
Me besó despacio, saboreando ese instante como si cada movimiento mereciese ser grabado y guardado bajo llave en las profundidades de sus recuerdos, de su pensamiento, de su ser.
Una mano descansaba sobre mi mejilla, acariciando la base de mi mandíbula con su pulgar, dibujando pequeños círculos que mandaban corrientes de electricidad a mi corazón. La otra sujetaba con firmeza mi cintura, acercándome más a él. Su respiración se mezclaba con la mía, lenta y pesada. Sus labios escribían sobre los míos, rozándolos con dulzura.
Tomé su camisa entre mis dedos, arrugándola y tirando de ella. Me iba a dar algo. Aquello estaba sucediendo de verdad. Mason me estaba besando.
La sangre comenzó a bombear a una velocidad vertiginosa. Nuestras bocas estaban enzarzadas en una lucha encarnizada y desesperada.
No quería pensar. No quería llorar. Solo quería sentir, tomarme un respiro y ser feliz. Permitir que mi corazón explotara dentro del pecho por algo que podía hacerme tan feliz como el amor.
Seguimos besándonos y el ambiente se puso muy caliente. Nuestras manos recorrían nuestros cuerpos pasando por zonas que iban más allá de lo que una simple amistad permitía. Teníamos el cabello revuelto y nos llevamos unos cuantos tirones innecesarios conducidos por la pasión. Aún llevaba el jersey puesto cuando Mason me agarró en brazos y pasé las piernas alrededor de su cintura, todo ello sin que nuestros labios dejasen de besarse.
Cuando cruzamos el umbral de mi habitación, Mason me quitó el jersey y lo tiró a un rincón del suelo.
La puerta se cerró de un golpe. Nos balanceamos en un camino de besos y respiraciones incontroladas hasta llegar a la cama. Caí de espaldas sobre ella y Mason se estiró encima de mí.
Asfixiada por su peso, mi respiración se había vuelto costosa. Jadeos y más jadeos. Sabía que teníamos que parar, que había que poner freno a lo que estábamos haciendo, pero no podíamos hacerlo. Quizá fuera por cómo sus manos recorrían mis piernas desnudas, acercándome más a él con cada caricia. O tal vez por cómo se clavaban mis dedos en su espalda. O a lo mejor por cómo su boca devoraba la mía. No, probablemente era la mía la que devoraba la suya.


Mi plan DAndrea Smith

8 comentarios:

  1. Me gustó la escena jeje aunque yo desde el momento uno fui muy de James jeje

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  2. Hola! Me encantó este libro y esta escena también me gusta mucho.
    Besos!

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  3. ¡Hola! Qué curiosa sección, muy original. :)
    Te comencé a seguir. ¡Saludos y que tengas un genial fin de semana!✨

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  4. Yo era totalmente team Mason jajajaja así que disfrutando como una enana esta parte jajajaj

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  5. Hola!! no he leido el libro pero el beso es de alto voltaje jejeje madre mia! Besos!!

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  6. Hola! Eso es un señor beso jaja me gustó mucho la escena!
    Besitos ^^

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  7. Qué bonito fragmento, me encanta esta sección
    Besos

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