—Esto no es más que simple atracción física.
—Así que admites que te sientes atraída por mí.
Una tímida sonrisa asomó a sus labios. Si me pegaba más a la puerta terminaría por fusionarme con ella.
Mi inquietud aumentó cuando apoyó las manos a los lados de mi cabeza y
se inclinó
sobre mí.
«¡Lo va a hacer! ¡Lo va a
hacer!», chillaba mi mente entre histérica y emocionada.
Su boca avanzó y avanzó hasta rozar la mía. Más
que un estremecimiento, lo que recorrió mi espalda fue una descarga de alto voltaje. Un rayo no
hubiera provocado tantos destrozos a su paso.
—Voy a besarte.
Mi razón dijo no, mi corazón gritó sí y
mis labios permanecieron entreabiertos. Las dos Lauras que me poseían batallaban para hacerse con el
control, pero mi cuerpo no obedecía a ninguna de las órdenes de mi cerebro.
Su lengua se coló en mi boca y recorrió cada rincón de esta, explorando, acariciando,
descubriendo. Una de sus manos descendió hasta mi cintura y me atrajo hacia él. Todo lo que nos
rodeaba dejó de
tener sentido. Las voces que llegaban desde algún lugar de la planta baja se fueron apagando y mis párpados cayeron en un acto reflejo. Se
me escapó un
gemido al notar cómo
mordisqueaba mi labio inferior y su otra mano se anclaba en mi nuca; el pulgar
acariciando mi mejilla.
Resultaba delicado pero
insistente, tierno y a la vez feroz. Me besaba como si el ahora fuera todo
cuanto importara, pero también como si deseara hacerlo para siempre. Y eso me
dio incluso más
miedo que el hecho de que, por primera vez en tres años, estuviera siéndole infiel a Sergio.
—No. No. No. —Me retiré,
jadeando—. No está
bien.
Lo empujé con manos
temblorosas y él me lo permitió.
En sus ojos se reflejaba una avalancha de emociones, pero el arrepentimiento no
estaba entre ellas.
—Dijiste que esperarías a que yo te besara —señalé, solo para seguir hablando. Puede
que así no
me dejara arrastrar por la necesidad de perderme de nuevo en sus labios.
—Me he cansado de esperar.
Esta vez se cernió sobre mí con ansias, con la misma urgencia del depredador que
teme que su presa escape. Me devoró sin detenerse a esperar mi aprobación y, si soy sincera, he de decir que
cuando llegó
fue devastadora. Me entregué a él; caí rendida, sin medias tintas. Solo quedamos él y yo unidos
por aquel beso voraz que calentaba mi cuerpo y me hacía desear más y más.
La intensidad del beso
disminuyó y,
sin embargo, Leo apuntaló su
pecho contra el mío.
Su embestida fue tan impetuosa que me golpeé la cabeza con la puerta. No me
quejé, estaba demasiado ocupada permitiendo a mis manos descubrir su cuerpo,
arañando
su espalda e imaginando que el resto del mundo se había volatilizado y nosotros éramos los únicos supervivientes.
Repasó mi mentón con los labios, distribuyendo besos y provocadores
mordiscos hasta alcanzar la curva de mi cuello. Se me aflojaron las rodillas.
Casi podía
sentirlo dentro de mí, y
ese pensamiento fue todo lo que necesité para poner fin a aquella locura.
—No… no puedo.
Leo retrocedió de inmediato. Su expresión no denotaba remordimiento alguno,
pero tampoco parecía
satisfecho.
¿Y si de verdad te quiero? – Victoria Vílchez
hola,
ResponderEliminaresta autora me gusta mucho y en casa tengo un par de libros de ella pendientes por leer. Este me lo apunto porque me ha encantado la parte que nos has puesto, que beso mas bonito
besotes ❤
Hola guapa! Soy nueva por aquí, y justo buscando inspiración te encontré :) Asique, ya me tendrás por aquí más a menudo. Besiños 💖
ResponderEliminar¡Hola! 📚
ResponderEliminarNo he leído nada de la autora pero admito que tengo ganas de leer algo de ella así que me animaré a darle una oportunidad.
Un abrazo.
Gracias por la escena, no conocía el libro :D
ResponderEliminarBesitos ^^
Me ha gustado mucho. Me he fijado en el título y la autora porque me gusta el estilo, tal vez me animé con algo de ella.
ResponderEliminarUn besin
Hola! no he leído el libro pero la escena es de alto voltaje y, sobre todo, deja con ganas de saber porqué ella lo rechaza al final. Besos!
ResponderEliminarOtro libro que sin duda tengo que leer ya de ya. Porque no dejas de hablar bien de la autora, me pones estos besos que me están matando y me muero por ver el contexto en el que ocurre. A mi lista de propósito de marzo que va, de cabeza, no lo pospongo más. ¿Contenta?
ResponderEliminarUn besazo