—No estaba pensando precisamente en dormir...
Su tono sensual llegó directamente a mi sexo y respiré hondo.
—¿En desayunar? —pregunté jugando con él.
—Algo así...
Una de sus manos volvió a acariciarme el pelo y la otra empezó a subir
desde mi abdomen hasta mis pechos, pero justo antes de tocarme se detuvo. Yo
aguantaba la respiración, pensando que aquello era un sueño más de los míos.
—Alexia, si no respiras, puedes marearte, ¿lo sabes?
Su tono bromista me hizo sonreír y coger aire de nuevo.
—Sería culpa tuya —le repliqué.
—¿Mía? Con lo bueno que soy yo. ¿Sabes lo que realmente te haría?
Lamí mis labios imaginándomelo.
—Dímelo —le pedí en un tono bajo.
Thiago acercó sus labios a mi cuello y me rozó provocando mil conexiones
con mi cuerpo. Madre mía...
—Te empezaría besando despacito el cuello. —Sus labios marcaron algunos de
aquellos besos de muestra en mi cuello y me estremecí—. Mientras mi mano
subiría por aquí...
Sus dedos tocaron mis pechos y contraje mi sexo de deseo. «Joder, joder...»
Su mano abarcó un pecho y lo acarició como si fuera algo muy delicado. Me
moría... Dios, quería más. Empezaba a sentirme atontada y sin ganas de detener
a Thiago.
Él continuó.
—Alexia, eres tan bonita...
Su sexo se acercó a mi cuerpo y sentí su erección. Estaba igual que yo,
excitadísimo.
Su otra mano giró mi rostro hacia él y nos miramos con esa intensidad tan
nuestra. Sus ojos verdes brillaban y decían mil cosas, las mismas que decían
los míos. Nos deseábamos, pero ¿queríamos dar aquel paso?
—Sin pensar, Alexia —dijo más para sí mismo que para mí.
Se acercó a mis labios y no quise perder detalle de su expresión hasta que
cerré los ojos para sentir su boca pegada a la mía. Nos besamos despacio, sin
prisas, como si nos hubiéramos besado durante años. Como si conociéramos a la
perfección la forma de nuestras bocas y como si supiéramos cuál iba a ser la
reacción del otro.
Su lengua se introdujo en mi boca del mismo modo, con calma, y yo entreabrí
mis labios para recibirlo. Mezclamos nuestros alientos y me gustó sentirlo en
mi lengua.
Mis manos buscaron su piel y las suyas mis curvas. Nos empezamos a
acariciar mientras seguíamos con aquellos besos. Thiago me besaba, me
mordisqueaba el labio inferior y volvía a buscar mi lengua para saborearla. No
era de aquellos que no sabían por dónde continuar, él sabía bien cómo excitar a
una chica.
Una de sus manos llegó hasta la goma del pijama, en mi cintura, y se
introdujo por dentro. Me acarició con suavidad y pasó uno de sus dedos por mi
sexo provocando que se humedeciera un poco más. Me sentía algo desbordada, la
verdad, pero no quería que se detuviera.
—Nena...
—Thiago...
—Me encantas...
Gemí al oír sus palabras porque a la vez dos de sus dedos se metieron en
mis braguitas para rozar mi piel.
—¿Sigo explicándote qué haría?
Lo miré sorprendida, sintiendo la respiración agitada de ambos.
—¿Tú qué crees? —le pregunté atropelladamente.
—Que sí...
Uno de sus dedos entró en mí y arqueé la espalda al sentirlo.
—Dios... Thiago...
—Nena, me muero por hacerte mía.
Los secretos de Alexia – Susana Rubio
Hola ^^
ResponderEliminarEstos libros no me termknan de llamar jeje pero me ha gustado la escena ^^
Me encanta esta parejita y Thiago sobre todo jejeje
ResponderEliminarMe falta por leerme el tercero de la trilogía :D
besos!!
¡Hola! La escena de hoy es más erótica que de costumbre >.< Me ha gustado mucho. ¡Un beso!
ResponderEliminarHolaa, pues no me suena de nada el libro pero ha sido una escena muy interesante como toda las que compartes por estos rumbos :D
ResponderEliminar¡Beesos! :3
hola,
ResponderEliminarme ha encantado este fragmento, me parece muy hot jejejje
Besotessssssssssssssss
Me encanta tu sección de besos de libro...
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