COMENTARISTAS

viernes, 20 de diciembre de 2019

Besos de libro #268 Una impostora en Minstrel Valley (II)



—Me ha tendido una trampa.
—Eso es justo lo que he hecho. Dejaré que se vengue como mejor le parezca.
Ella volvió a sonreír. Era tan bonita, la condenada. Claro que le dejaría que se vengase; le permitiría cualquier atrocidad con tal de compensar la pena que le había infligido. Apenas podía pensar cuando la tenía delante, y su aspecto en ese momento lo volvía loco de necesidad por ella; con aquellos preciosos ojos tan embargados de emociones y el flexible cuerpo pegado al suyo.
—Valery… —murmuró mientras su mano viajaba por voluntad propia hacia su rostro para enmarcarlo y su nariz se colapsaba de aquella fragancia a jabón de lavanda que ella desprendía.
—No lo haga —suplicó ella.
—No creo que pueda evitarlo.
Su cuello era fresco allá donde sus dedos alcanzaron el nacimiento del cabello, suave y sedoso. Los pulgares le ayudaron a dirigir sus mejillas hacia arriba para poder encontrar sus labios.
Los halló ardientes y húmedos, esponjosos. Los besó con deleite y se maravilló de los estremecimientos que recorrieron sus brazos y sus piernas. Valery se sujetó con fuerza a sus antebrazos y gimió de un modo casi imperceptible en el momento en que se rindió al asalto. Entonces abrió su boca y le permitió explorarla con la lengua, como aquella otra vez. No había podido olvidar aquel dulce beso, que nada tenía que ver con este, pues en ese instante Dunhcan sentía una urgencia diferente.
Bajó las manos hasta rodearle la cintura y la apretó contra su cuerpo, al tiempo que ahondaba en su boca, más exigente, con más entusiasmo. Ella no solo no se asustó, sino que le sujetó la cara entre las manos y empleó su propia lengua para buscarle y acariciar las partes blandas de su boca. Dunhcan no podía dejar de sentir aquellos pechos firmes contra él, y si ella tenía alguna idea de la sexualidad masculina, no podía dejar de estar notando su erección contra el vientre.
La empujó hacia una de las cuadras vacías, hasta que su espalda tocó la pared. Abandonó su boca y recorrió con fervor su mandíbula y el inicio de su cuello. Comenzó a desabrochar botones, para poder seguir besando más piel. Ella enterró las manos en su cabello y dejó caer la cabeza contra los tablones de la cuadra. Con un breve vistazo comprobó que tenía los ojos cerrados y que estaba completamente entregada a la pasión, del mismo modo que lo estaba él. Cuando consiguió desprender de sus ojales los botones del escote, dejaron a la vista el canesú de su ropa interior. Llevó hasta allí sus labios al mismo tiempo que una de sus manos envolvió uno de esos pechos mientras la otra la mantenía sujeta por la cintura.
—Oh, por favor… —musitó Valery cuando se sintió acariciada.


Una impostora en Minstrel ValleyMariam Orazal

4 comentarios:

  1. Hola ^^

    Siempre digo lo mismo jeje pero es que tengo ganas de echar mano a estos libros jeje

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola! =)
    No he leído el libro, pero me gusta la escena :P

    Un abrazote y felices fiestas ^^

    ResponderEliminar
  3. hola,
    este 2020 caen saga y libro asi que me has dejado con los dientes bien largos
    Besotesssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  4. Hola preciosa!
    Un fragmento muy interesante, te deja con ganas de saber más.

    ❀ Fantasy Violet ❀
    Besotes! 💋💋

    ResponderEliminar

Los comentarios aparecerán después de la moderación. Déjame uno para saber qué te ha parecido la entrada. Gracias por tu contribución con la que cree este blog. Por favor, no hagas SPAM ni pongas enlaces a tu blog. Si me dejas un comentario te lo devuelvo en el tuyo. Nadie está solo no se hace responsable de los comentarios vertidos por los usuarios, tampoco de los enlaces externos que puedan dejar.