Sinopsis
«Y entonces,
mientras estaba en mi casa y me sentía sola, fracasada y desesperada, me
dispuse a jugar a mi juego privado de los libros, buscando consuelo. Me preparé
para seguir el camino que los libros me indicaran sin saber que me llevarían a
encontrarme con un reino mágico, un hombre misterioso, un viejo secreto y un
tesoro incalculable. Pero en aquellos momentos, yo no sabía nada de todo eso.
Lo único que podía hacer era esforzarme para no llorar.»
Brianda Gonzaga, una editora de éxito que ronda los cuarenta, rompe de manera
forzosa con su realidad cuando la despiden sin demasiadas contemplaciones.
Sumida en una espiral de desasosiego, busca consuelo en quienes nunca le han
fallado, los libros, y siguiendo una suerte de pálpito, se embarca en un viaje que
la llevará a un lugar perdido entre las montañas que la cambiará para siempre:
el Concejo de Nuba.
Y entonces sucedió algo maravilloso. El anuncio de una vieja librería en
traspaso en la que buscar un tesoro, una tormenta, los brazos de un enigmático
amante y el fantasma de un niño desaparecido en el pueblo unos años atrás
arrastrarán a Brianda a una historia apasionante en la que empezar a ser la
protagonista de su propia vida, sin renunciar a nada de lo que es importante:
la amistad, el amor, la alegría el conocimiento y sí…, también un poco de sexo.
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“A lo largo de toda mi vida, los libros me protegieron
de la derrota, la depresión, el aislamiento e incluso de la locura.”
Anda que no es cierto, un libro es un amigo fiel y leal
que no te va a dejar tirada cuando menos te los esperas. Pero te puede
defraudar si tienes muchas expectativas puestas en él. Porque las expectativas
son muy malas a la hora de empezar un libro.
Había leído tantas cosas buenas de “Y entonces sucedió algo
maravilloso” que al empezarlo y leer los primeros capítulos tuve una pequeña decepción.
No sé si es por la forma de narrar la historia, por lo que cuenta o una poco
las dos cosas pero, el caso es que no ha resultado ser lo que esperaba.
Divagación y paginas llenas de blablablá que no van a
ninguna parte. Esa es la sensación que me queda del libro una vez terminado.
Brianda, la protagonista, es la conductora de la
historia. Ella es la encargada de narrar lo que pasa que es bien poco dicho sea
de paso.
Sabiendo de lo que iba el libro me llamo la atención cuando
salió a la venta pero, como decía antes, las expectativas no son buenas y
juegan malas pasadas.
Sonia Laredo intenta meternos en la piel de Brianda. Conmigo
no lo ha conseguido. Y no solo eso, es que en ningún momento he simpatizado con
ella. Más bien es que no me cae bien. Y cuando el protagonista principal, el
que se supone el héroe de la historia, no te cae bien mal camino llevamos. Si llega
a repetir una vez más que quiere hacer de su vida una obra de arte hubiera sido
capaz de moñearla de esa melena de pelo de la que tan orgullosa está.
Brianda va contando, como narradora lo que pasa desde
que la despiden de la editorial y por un arranque de autocompasión decide hacer
un viaje en el que se pierde y llega a Nuba. Pero en realidad pasar, pasa poco.
Solo las estaciones y una circunstancia particular y especial de Brianda. Por lo
demás, nada de nada. Porque básicamente se dedica a divagar y a irse por las
ramas contando anécdotas y cosas curiosas de escritores clásicos, relatando
cuentos infantiles y comparando cosas o situaciones hasta cinco o seis veces
con otras.
Tengo la impresión de que Sonia Laredo ha querido lucir
sus conocimientos literarios y para ello ha montado esta novela. No es que no
me guste leer alguna anécdota o algún que otro hecho curioso de vez en cuando y
siempre que venga a cuento pero cuando el 80% del libro esto dejando de lado la
historia que quieres contar me parece demasiado. Es más tiendo a pensar que
tienes poca historia que contar y que tienes que rellenar como sea para que quede
un libro de un grosor medio. Porque quitando todo este relleno lo que se cuenta
aquí puede ocupar unas 50 páginas más o menos.
Además tengo la impresión de que todo esto del seudónimo
de la autora es un montaje publicitario para vender más libros. Y no termino de creerme todo eso de que trabajó en una editorial y no quiere decir cuál es ni que se sepa quién es ella.
Después de terminar de leer el libro todavía no tengo
muy claro que es lo maravilloso que sucedió ni cuándo. Puede que sea por la
cantidad de vueltas que ha dado para no llegar a ninguna parte. Y lo peor es
que algunas de las pocas cosas que pasan son demasiado evidentes y previsibles
asi que nos quedamos también sin el factor sorpresa que hubiera podido darle
algo de vidilla al asunto.
En fin, que no siempre se puede acertar con la lectura.
Un libro con una trama principal que no hubiera estado mal de haberse
desarrollado más y con menos relleno pero que es aburrido en la mayoría de las páginas.