—¿Igual? —Saca las manos de los bolsillos—. ¿En
serio crees que me ha quedado claro?
—Pues sí. —Inconscientemente retrocedo hasta la
puerta. Noto la madera a mi espalda de repente—. Has dicho «aún te quedan
cuatro meses» —intento imitar su voz y arrugo las cejas como él—, como si en
estos cuatro meses fuese a fijarme en otro. Y yo no quiero volver a…
La boca de Salvador me silencia, devora esas
últimas palabras que ahora mismo soy incapaz de recordar y respira mi sorpresa.
Oigo un ruido y es mi bolso y mi sentido común cayéndose al suelo y
esparciéndose por todas partes.
Dios mío, me fallan las piernas y me sujeto a
él, pero en cuanto mis manos tocan la camiseta arrugo los dedos y me cuesta
pensar. Lo único que quiero hacer es quitársela y… No, no puedo estar haciendo
esto ahora. No puedo estar besando a Salvador y tampoco puedo parar. Él suelta
el aire en medio de un gemido, como si no hubiese podido respirar hasta ahora,
y ese sonido se instala en mi estómago y aprieta el nudo de antes hasta que la
única solución que se me ocurre es seguir besándolo. Besarle más, hasta que los
movimientos de su lengua, el sabor de su boca y el tacto de su piel me hagan
olvidar lo de Londres, todo.
Pero ningún beso puede conseguir esto y él,
además, parece enfadado. Una mano sigue en la pared, la noto al lado de mi
cabeza, y la otra me sujeta la nuca. Es extraño, no me retiene, aunque su brazo
está tenso, sino que con los dedos me acaricia la mejilla y separa la mandíbula
como si buscase entrar dentro de mí. Entrando dentro de mí.
Se aleja del mismo modo que se ha acercado, de
repente, aunque solo son sus labios los que se apartan, porque el resto de su
cuerpo sigue pegado al mío. Puedo sentirle mirándome; yo todavía tengo los ojos
cerrados. Si tardo un rato en abrirlos quizá podré fingir que esto no ha pasado
o que el beso ha sido fruto de mi imaginación.
Salvador pasa un dedo, el que hace unos segundos
estaba encima del pómulo, por debajo de mis pestañas.
—Abre los ojos, Candela. —Sacudo la cabeza hacia
ambos lados y aprieto los párpados aún más fuerte. Aunque ya no nos estamos
besando seguimos pegados y puedo sentir que sonríe, porque el aire que se
escapa de sus labios me hace cosquillas—. Abre los ojos, por favor.
—Yo…
—¿Es esta la reacción que esperabas? —Se agacha
y me muerde el cuello, no aparta los dientes hasta que se me pone la piel de
gallina y entonces pasa la lengua por encima del mordisco—. ¿O es esta?
Yo empiezo a cerrar de nuevo los ojos y los
dedos con los que sigo sujetando su camiseta se aflojan, porque necesito
tocarlo. Pero entonces él se aparta de verdad.
Los chicos del calendario
4 – Candela Ríos
Hola! Que ganas tenía de terminar esta saga, jejeje. Aunque si que es cierto que hay fragmentos como este que no están nada mal.
ResponderEliminarBesos!
¡Hola! Tengo muchas ganas de leer estos libros, así que ojalá pueda darles una oportunidad pronto, porque me has picado la curiosidad con este fragmento ^^
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por compartir los fragmentos.
ResponderEliminarMe quedo con la fotito del besito de sapo.
Besos.
Hola!! Hace poco terminé de leer el primer libro y aún no puedo continuar jaja. Espero poder hacerlo pronto así leo este fragmento!
ResponderEliminarBesos ^^
Estos libros me tientan pero al ser unos cuantos veo complicado hacerme con ellos, por el momento tengo el género algo abandonado pero no descarto nada para cuando lo retome.
ResponderEliminarBesos =)
Hola!! aisss, vaya saga petarda aunque haya escenas de besos que estén bastante bien. Menos mal que ya acabó. Besos!
ResponderEliminarNo he leído nada de esta saga, pero no sé por qué, no me atrae. Igual me estoy perdiendo grandes novelas, pero me fío de mi intuición.
ResponderEliminarUn besito :D
Es un beso muy apasionado.
ResponderEliminarSaludos.
Me gusta mucho esta sección, lo cierto es que eliges escenas que me despiertan curiosidad por la historia jeje.
ResponderEliminarUn besin
hola,
ResponderEliminareste libro no lo he leido y tampoco me llama demasiado, pero el trozo que nos has puesto del beso me ha gustado mucho.
Besotes ❤
Hasta que no he leído los comentarios, no sabía de quién era el fragmento. He visto mucho movimiento de estos libros por intagram y blogs, pero no terminan de llamarme.
ResponderEliminarMuchos saluditos.