—Vuestra abuela ha decidido que me traslade a Hatfield Manor mañana mismo, milord. Venía a despedirme.
Alan sintió un sobresalto. ¡Condenada Charlotte! Aunque era cierto que la
convivencia entre ambos era bastante tensa, pensar que Barbara podía estar
alejada de él lo sublevaba. No le importaba que mantuviera un mutismo que lo
atormentaba; podía conformarse con saberla cerca, disfrutar con el suave aroma
que siempre la envolvía, escucharla reír o argumentar sobre política con
Charlotte.
La noticia de que se iba le hizo darse cuenta de cuánto la necesitaba.
Se levantó y acortó distancias. Despacio, como si temiera que un movimiento
brusco pudiera hacer que escapara. Le temblaban las manos por el deseo
contenido de tomarla en sus brazos y obligarla a que volviera a mirarle como
cuando compartieron un beso.
Barbara empezó a arrepentirse de haber ido al despacho. Maine le atraía
demasiado y estar a solas con él era un peligro. Lo deseaba y no creía saber
disimularlo.
No quería marcharse. Quería seguir disputando con él, enviarle notas,
divertirse viendo su gesto enfadado cuando recibía una… Deseaba escucharle
hablar amistosamente con el señor Kipling, bromear con Charlotte. Sobre todo,
sentir su presencia, pasar los dedos por la superficie de la mesa que él había
tocado momentos antes, ojear los libros que le veía leer. Estar cerca de Alan
era un suplicio y, a la vez, una dicha que le inflamaba el corazón.
No acababa de entender cómo había llegado a enamorarse de su tutor, pero le
abrasaba la sangre en las venas con solo mirarlo.
Alan, a un paso de ella, no se atrevía a avanzar más. Le estaba costando un
esfuerzo titánico no tomarla en sus brazos, no besar su boca, no mandar todo al
infierno y hacerla suya. El deseo le torturaba y no era capaz de pensar con
claridad.
Estiró una mano y recolocó tras la oreja un mechón de pelo rojizo que se le
había escapado. Su suavidad hizo que retuviera el aire.
—Tú… ¿quieres marcharte? —preguntó temiendo la respuesta.
Barbara alzó la cabeza y se vio reflejada en unos ojos ardientes del color
del índigo. Las pupilas de Maine hablaban de deseo contenido. El mismo que a
ella le socavaba todos sus principios.
—No —musitó apenas sin voz, doliéndole los brazos por la necesidad de rodearle
el cuello con ellos, de pegarlo a ella y besarlo hasta perder la cordura.
Alan, adivinando en ella el mismo apetito que le consumía, la tomó de los
hombros para acercarla a él. Sus manos delinearon el rostro femenino, las yemas
de sus dedos acariciaron las tersas mejillas, jugaron con las pecas del puente
de su nariz. Era un hombre sin voluntad. Lentamente, queriendo darle tiempo
para alejarse y rezando a la vez para que no lo hiciera, acercó su boca a la
suya.
El contacto con esos labios jugosos y frescos le hizo temblar de pies a
cabeza, igual que un muchacho en su primera cita. Ella le rodeó la cintura con
sus brazos y el beso se tornó codicioso y exigente. La estrechó contra su pecho
sintiendo tanta necesidad por ella que tuvo deseos de llorar; abarcó su rostro
entre sus manos para seguir saboreándola.
Era tan dulce…
Como un sediento al que acabaran de regalar agua fresca, bebió sin control,
notó que la sangre le burbujeaba escuchando sus gemidos. En vez de escapar de
él, ella le instigaba, lo incitaba a seguir besándola, le rodeaba con sus
brazos y respondía al beso con toda su alma.
Rivales de día, amantes de noche – Nieves Hidalgo
Desde ahora te estoy siguiendo y apoyando, ¡me gusta mucho tu blog!
ResponderEliminarCon cariño, Mimi ♥
Hola preciosa!
ResponderEliminarGenial beso,me encanto este libro, ha sido lo primero que he leído de la autora y ha sido genial, quiero leer el segundo.
❀ Fantasy Violet ❀
Besotes! 💋💋
¡Hola! =)
ResponderEliminarGracias por la escena, no conocía el libro :P
Un abrazoooooo ^^
No lo tenía en mente... Pero va a la wishlist xD
ResponderEliminarhola guapa,
ResponderEliminartengo este libro desde que salio y aun no lo he leido :(
A ver si lo leo en breve, me ha encantado el fragmento
Besotessssssssssssssssss
¡Hola! La verdad es que no lo conocía pero la escena me ha gustado mucho. Besos!
ResponderEliminarHolaa, vaya para escena, me encanta cuando describen tan bonitas las cosas :P
ResponderEliminar¡Beesos! :3