No importaba si estaba bien o mal.
Su aliento se detuvo en mis labios. Iba a besarme. Iba a hacerlo. Tuve que
agarrarme a su ridícula camisa de cordones para mantenerme derecha y esperé a
que sucediera.
Su boca rozó la mía, solo un poco. Y entonces lo sentí, el momento exacto
en que saltó al vacío donde yo ya flotaba. Me sujetó por la nuca y cubrió mis
labios con los suyos. Sin dudas, solo determinación. Me retenía como si tuviese
miedo de que fuese a apartarme.
Sabía a alcohol, tabaco y a algo dulce. Y se convirtió en mi sabor
favorito.
Me puse de puntillas y le rodeé el cuello con los brazos. Sus labios
presionaban los míos con insistencia y no di ni un solo paso atrás. Había
soñado tantas veces con algo así que nada iba a robarme mi deseo, ahora que se
estaba cumpliendo. Ni siquiera mi propia inseguridad ni mis miedos. Mi nula
experiencia.
Porque el amor es así de tonto y yo solo era una niña. Porque no lleva
instrucciones que te ayuden a entenderlo.
Sus caricias se volvieron más atrevidas, sus manos trazaron zonas en las
que nunca nadie me había tocado. No lo frené. No podía, ni quería. Porque
algunos riesgos merecían la pena. Lo atraje hacia mí. Más y más cerca.
Convenciéndome de que era real.
Tú y otros desastres naturales – María Martínez
Hola.
ResponderEliminarLa verdad me parece muy dulce.
Gracias por compartirlo.
Besos
Alea Jacta Est
#Apoyoalasblogueras
hola,
ResponderEliminartengo este libro en casa desde que salio y aun no lo he leido.. a ver si me pongo las pilas
Gracias por el fragmento
Besotesssssssssssss
#Fase2alavista
¡Hola! Una escena de beso muy buena. No he leído la novela pero me ha gustado. ¡Un beso!
ResponderEliminarHolaa, vaya que tengo ganas de ponerme con este libro, hace un montón que no leo a la autora *-*
ResponderEliminar¡Besos! :3
Gracias por compartir estos momentos =)
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