Los ojos de June se ven vidriosos por el reflejo de la luz azul grisácea
que se filtra por las ventanas.
—¿El qué? —susurra.
—Que te quiero —susurro—. Que he estado enamorado de ti durante años,
incluso cuando estuvimos separados. Especialmente entonces. He vivido contigo
en mi vida, y he vivido sin ti. No importa qué clase de miedo sienta ante la
posibilidad de que estemos juntos, el miedo de estar separado de ti es algo que
no creo que pueda soportar. —Bajo la vista—. Tengo pesadillas en las que te
pierdo de nuevo. Todo el tiempo.
Ya está. Mi corazón abierto de par en par y expuesto ante ella. Toda la
inseguridad que me invadía desde antes ruge en mi mente mientras espero su
respuesta.
Quizás todo esto sea un error. No debería haberle dicho eso. Es demasiado
pronto.
Entonces, June se acerca más.
—Nunca tuve la oportunidad de decírtelo, antes de que Eden y tú vinierais a
la Antártida, que yo también te quiero. Con tanta ferocidad que me asusta. —Le
tiembla la voz.
Te quiero. Te quiero. Jamás he escuchado esas palabras de June antes y
ahora me llenan el corazón hasta explotar, me hacen sentir entero de un modo
que no creí posible.
Sonríe un poco y ahora noto que tiene los ojos húmedos.
—Aunque no sepamos qué sucederá con nosotros en el futuro, quizás nuestras
vidas estaban destinadas a colisionar una y otra vez. Quizás estemos destinados
a ser el catalizador del otro para siempre.
Para siempre. Es una frase que jamás me he animado a usar con June. Quizás
exista una oportunidad de un para siempre en nuestras vidas.
—Me he pasado el tiempo mirando por encima del hombro durante una década
—susurro—, preguntándome qué me faltaba en la vida. Resulta que, después de
todo este tiempo, eras tú.
Me acerco más y, esta vez, la beso.
Casi se derrumba en mis brazos. Sus labios son tan suaves y familiares
contra los míos, todo lo que he echado de menos en los años que hemos pasado
separados. Nuestras conversaciones serán incómodas y corteses, y nuestra
actitud cuando estamos juntos forzada y distinta, pero esto, esto lo siento
correcto de todas las maneras posibles.
Este es su lugar, en mis brazos, y este es el mío, dándole mi corazón
entero.
Unas ansias profundas se despiertan en mí. Esta vez, no desperdicio ni un
segundo. La rodeo con mis brazos y la empujo contra la cama. Mi piel hormiguea
de placer donde quiera que ella me pasa los dedos. Me pasa las manos por el
pelo y suspira, satisfecha, contra mí. Su cintura, su cuello elegante, la curva
de sus caderas… Me estremezco al sentir su calor. Todo en ella me hace sentir
en un sueño febril. Quiero conservar esto. Quiero un millón más de estos
momentos.
Me desabotona la camisa. Le quito la suya por encima de la cabeza. Mis
dedos recorren sus cicatrices nuevas, aquí y allí, un rasguño ya sanado, un
moretón viejo. Es mayor, y yo también, y somos diferentes de lo que éramos. La
quiero aún más por ello, desearía haber podido compartirlo todo con ella
durante los últimos años. Me besa las mejillas mientras me dejo caer en ella.
Sus manos bajan por mi espalda. Me estremezco ante cada toque.
El resto de la planta está en silencio. En el exterior, oigo el paso de los
aviones. Lejos, en la distancia, se oye música. Millones de luces destellan más
allá de la ventana y contra la noche, cada una es una vida diferente, un
momento distinto al nuestro.
Pero, esta noche, nos permitimos entrelazarnos juntos, como si todo fuera a
seguir siendo tan perfecto como este momento. Como si este pudiera ser nuestro
futuro.
Rebel – Marie Lu
Hola!!!! Me encanta como escribe Marie Lu y este es uno de los libros que tengo pendiente de ella, me encanto.
ResponderEliminar♡Besos♡
hola,
ResponderEliminarme encanta esta seccion, este fragmento me ha gustado mucho, no he leido Rebel y no se si lo hare... quizas me anime
Besotessssssssss
#casifase3