Sinopsis
Benavente, 1886. A Rafael
Mejía la vida le sonríe. Es un hombre de éxito, joven, atractivo y arrogante, y
acostumbra a conseguir lo que quiere en un abrir y cerrar de ojos, tanto en los
negocios como en el placer.
Valentina, la humilde empleada
de una posada de dudosa reputación, será su siguiente víctima. Una muchacha tan
dulce como hermosa por quien se siente irremediablemente atraído, hasta el
punto de convertirla en la principal candidata para ocupar su cama, sin
imaginar que, con ella, comenzarán sus problemas.
Para Valentina, la impactante
aparición de Mejía provoca un enorme cataclismo en su apacible vida. Resuelta a
no sucumbir al enorme embrujo que ejerce sobre ella, combatirá su oscuro
atractivo de la única forma posible: conquistando un duro corazón que él
presume de no poseer.
Desde los fastuosos salones
del Casino de Benavente hasta el oculto corazón de la sierra de la Culebra,
Valentina seguirá a Mejía en un viaje plagado de peligros y sombras de los que
Rafael la intentará alejar, pero ¿será capaz de eludir con la misma fuerza el
poder del amor?
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A Elena Garquin la conocí con
Tuareg, libro que me gustó y que está reseñado en el blog AQUÍ. Cuando me
enteré que sacaba otro libro no me lo pensé dos veces a la hora de decidirme a
leerlo. Me puse en contacto con la editorial que muy amablemente me enviaron un
ejemplar. Muchas gracias a Phoebe por el libro.
Lo que he disfrutado con esta
lectura no sé cómo lo voy a explicar en la reseña. Pero lo voy a intentar. Desde el prólogo consigue
engancharnos para no poder soltar el libro prácticamente hasta el final. Basta
con decir que en una tarde me leí el 90% del libro y no es precisamente corto.
Son 333 páginas que más que leerse se beben.
Con Tuareg conocí a Elena
Garquin y con Casualmente Valentina me ha enamorado. Sé que tiene otro libro
más que se titula La heredera con el que tengo que hacerme porque TENGO que
leerlo.
Pero vayamos por partes. El
libro está narrado, a excepción del prólogo que esta contado por Lorenzo de
Casanueva, en tercera persona por un observador externo y en pasado. Pero lo
bueno de este ‘narrador’ es que nos desvela pensamientos, sensaciones y
sentimientos de nuestros dos protagonistas principales. Sobre todo de ellos dos
que es en los que recae el peso de la historia.
Nuestros protagonistas son
Rafael Mejía y Valentina. Tienen una forma de conocerse nada peculiar y sus
primeros momentos no son, para nada, lo típico en una novela de género
romántico. Es una pareja con química desde el primer momento, con diálogos
chispeantes, irónicos y llenos de puyas de uno contra otro que hacen que sean
hasta divertidos. Además, algunas situaciones que se producen entre ellos hacen
escapar más de una carcajada.
Rafael es un señorito,
acostumbrado a hacer su voluntad y que todo el mundo le baile el agua acatando
hasta el más mínimo de sus deseos. Es orgulloso, presumido y su ego no conoce
límites. Todas las mujeres que lo conocen están locas por el pero para él todas
le producen indiferencias. Hasta que se topa con Valentina. Me ha gustado mucho este personaje a pesar de como se nos presenta en un principio.
Nuestra heroína es una chica
dulce pero no se deja avasallar por Rafael. Cantándole las cuarenta cada vez
que se tercia y diciéndole las cosas bien clarito. Y es cabezota y terca hasta
conseguir lo que se propone. Valentina es indómita e indomable. Justo lo que Rafael necesita.
Tanto uno como la otra son
personajes a los que se les coge cariño rápidamente incluso con el carácter de
Rafael. Que ese carácter tiene su razón de ser y esconde mucho. Y la historia
romántica no es para nada pastelosa sino más bien llevada por la
atracción que tienen entre ellos. Es muy visceral a la par que irónica y
sarcástica. Y este tipo de historias son de las que más me gustan.
Alrededor de ellos dos hay una
marasma de personajes, algunos de ellos de los que se podría sacar su propia
historia como por ejemplo de Canales y Claudia. También cabe destacar el
personaje de Adela que es bastante secundaria pero muy necesaria para el
desarrollo de la historia.
Y como no solo de pasión vive
el libro, también nos encontraremos con un misterio que habrá que ir
resolviendo con el paso de las páginas. Y, aunque el final me lo vi venir, me
ha gustado la resolución y como acaban las cosas.
Con el ansia de seguir leyendo
no he ido señalando algunos de los besos que irán a mi sección Besos de libro
por derecho propio. Así que ahora me toca la ardua tarea de rastrearlos en el
libro. De verdad, que mal lo voy a pasar con la relectura. Todavía no tengo muy
claro si sacaré dos o más de estas escenas. Ya veremos.
Casualmente Valentina ha sido
una lectura fresca, divertida, amena, con diálogos chispeantes y llenos de
ironía y sentimientos encubiertos. Con una pareja protagonista con la que
saltan chispas y que tiene una química tremenda. No puedo más que recomendar
este libro a todas aquellas personas a las que les guste este género. Seguro
que disfrutan con la lectura tanto como lo he hecho yo.
Y ya os dejo. Hala, me voy a la dura tarea de buscar los besos de estos dos.
¿Lo habéis visto? ¿Os llama la atención?
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