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viernes, 22 de junio de 2018

Besos de libro #199 ¡Piratas! (I)



—Ni lo penséis —le advirtió el capitán leyéndole la mente.
Ella no lo escuchó. Tomó impulso sobre sus hombros, pero, de algún modo, él se mantuvo firme. Y como no se hundió en el agua, el rostro de Wilhelmina descendió sobre el del capitán y sus labios chocaron en un beso involuntario.
Asustada, sorprendida por lo que acababa de suceder, trató de escabullirse, pero él la sostuvo y le impidió escapar. Su mirada era inescrutable; su cuerpo emanaba una fuerza que hizo vibrar el de Wilhelmina.
—Lo siento —se disculpó ella—, no era mi intención, yo no…
No pudo terminar, porque el capitán Blackhawk la estrechó entre sus brazos y la besó. Al principio fue solo el roce de unos labios, cálidos y suaves contra su boca. Con los ojos abiertos, Wilhelmina permitió que él la acariciara como ningún otro hombre había hecho jamás. En el fuerte Charles, el capitán Aarhus se había impuesto sobre sus deseos, pero el capitán Blackhawk la tentaba, la invitaba a dejarse llevar. Wilhelmina cerró los párpados y se perdió en aquel beso. En los labios que se movían sobre los suyos, en las manos que le acariciaban el cuerpo. Cuando sintió su lengua tratando de introducirse en su boca, se agitó por la sorpresa y abrió de nuevo los ojos, pero él le mostró el placer que podía sentirse en un beso profundo, ávido y lleno de una pasión que la envolvía por completo.
Se abandonó y se pegó a él tanto como le fue posible. Sus manos le rozaron el pelo, sus pechos se aplastaron contra el torso del capitán y su sangre vibró acelerada cuando lo acarició como nunca había acariciado a un hombre. Aquel beso era mágico, lo más asombroso que había experimentado en toda su vida, una verdadera revelación que debería durar para siempre.
Pero no lo hizo. Sin saber muy bien cómo, se encontró a una brazada de distancia. Blackhawk no solo había roto el beso, la había lanzado lejos, bien lejos de él. Y el vacío y la extrañeza que sintió en aquel momento la dejaron temblando, como si se estuviera bañando en unas aguas gélidas, y no cálidas como las del mar Caribe.
Él la miró como si fuera el ser más abyecto sobre la faz de la Tierra antes de espetar:
—No volváis a besarme jamás.
Mientras la sorpresa se tornaba en ira dentro de Wilhelmina, y antes de que tuviera oportunidad de responder, oyeron la voz de alarma del señor Blackpool.
—¡Tiburón a babor! ¡Tiburón a babor!


¡Piratas!Laura Esparza
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3 comentarios:

  1. hola,
    este libro fue una de mis mejores lecturas del año pasado, has elegido una escena maravillosa
    besotes

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  2. Hola preciosa!
    No he leído el libro pero si que me encanta el beso, es un libro que no me importaría leer.

    −Fantasy Violet−
    Besotes! ♥ 

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  3. Me gustó mucho, mucho, muuucho, este libro, jajajaja. Y ahora tengo ganas de volver a leerlo ^^

    Besinos.

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