—¿Te gusta?
Un gemido fue mi única respuesta. Más, más, más.
Sus dedos se deslizaron lentos, descarados, directamente hacia
el centro de mí, y todos los puntos del
cuerpo, la mente, el alma, se reunieron en la sensación de los dedos posados ahí, como si hubiera todo el
tiempo del mundo.
Hijo de puta.
—Por favor —gemí de nuevo, y apreté
el culo contra él, un gesto de provocación.
Resopló con el contacto y me metió un dedo dentro.
—Feyre...
Pero yo ya había empezado a
moverme y él soltó un reniego en una larga
exhalación. Los labios apretados
contra mi cuello, besando hacia arriba, arriba, hacia la oreja.
Yo solté un gemido tan fuerte que borró el de la lluvia, y entonces me metió otro dedo dentro,
y me llenó tanto que yo ya no pensé
en nada, no respiré.
—Así —murmuró él, los labios sobre la oreja.
Yo estaba harta de que el cuello y la oreja reclamaran la
mayor parte de su atención. Me retorcí tanto como pude y descubrí que él me estaba mirando,
la mano en la parte de delante de los pantalones, los ojos fijos en la forma en
que yo me retorcía sobre él.
Seguía mirándome cuando puse la boca sobre la suya y le mordí el labio inferior.
Rhys gimió y hundió más los dedos. Con más fuerza.
Y a mí no me importó, no me importó quién era yo ni lo que era
ni dónde había estado cuando cedí, cuando le abrí la boca. Su lengua entró y se movió de una forma que me hizo comprender exactamente lo que haría si se me metía entre las piernas.
Los dedos entraron y salieron, lentos y duros, y toda mi
existencia se concentró en esa sensación, en la dureza que había en mí cuando me unía a él como un engranaje
perfecto, con cada movimiento profundo, con cada eco del empuje de esa lengua
dentro de mi boca.
—No tienes idea de lo mucho... —Se detuvo y gimió de nuevo—: Feyre...
El sonido de mi nombre en sus labios fue lo que me perdió. El orgasmo me corrió por la columna y grité, y
entonces sus labios cubrieron los míos como si quisiera
devorar el sonido. Su lengua me acarició el paladar
mientras yo temblaba, aferrándome a él con fuerza.
Volvió a soltar un taco, jadeó con fuerza, los dedos me atravesaron otra vez hasta que quedé entre sus
brazos, floja y sacudida por temblores.
Una corte de niebla
y furia – Sarah J. Maas
Interesante.
ResponderEliminarLa verdad que es un libro que tengo ganas de leer. Espero hacerlo pronto.
Un saludo.
Ays a ver si sigo con estos libros que me quedé en el primero, que desastre!
ResponderEliminarUn beso!
¡Hola! =)
ResponderEliminarA ver cuándo me pongo al día con la saga :P
Besooooos ^^
hola
ResponderEliminarque fragmento mas bonito, aun no he leido este libro y le tengo ganas... pero ya lo dejo para el año que viene
Gracias por la entrada
Besotessssssssssss
Que guayy
ResponderEliminarMe ha gustado mucho :D
Hola preciosa!
ResponderEliminarGenial beso! que ganas le tengo a esta trilogía, tengo los dos primeros esperándome en la estantería.
−Fantasy Violet−
Besotes! ♥
Hola!
ResponderEliminarmenudo fragmento! La verdad que no he leido esta trilogía, pero la ponen muy bien.
Un beso