Sinopsis
Cuando en
1924 Helena Lennox se presenta con sus padres en Nápoles por una colaboración
arqueológica con las excavaciones pompeyanas, una desconocida le entrega un
amuleto de protección con una advertencia: «La ciudad no es segura, los ángeles
ya no velan por nosotros». Durante los siguientes días, los Lennox se codean
con una princesa solitaria, un pariente inesperado y un viejo amigo perseguido
por la mala suerte mientras el cerco de los crímenes que están atemorizando a
la ciudad se estrecha a su alrededor. Las víctimas son chicas jóvenes sin
ningún elemento en común; el culpable a ojos de todos, alguien muy conveniente
para las autoridades. Y sobre ese misterio se alarga la sombra del Príncipe de
los Prodigios, un intrigante alquimista cuyos inventos siguen en boca de todos.
Según cuenta la leyenda, ideó una carroza que se desplazaba sobre el agua, un
carbón que no se consumía... y un brebaje capaz de despertar a aquellos
atrapados en un sueño profundo.
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Cuando terminé de leer
el primer libro de esta trilogía me quedé con ganas de más por lo que no he
tardado mucho en ponerme con él. Y lo he disfrutado mucho por varias razones.
La primera es que la
escritura de Victoria Álvarez siempre es envolvente, lleva al lector por donde
ella quiere y sin dar pistas de lo que va a pasar. Hay que estar alerta durante
toda la lectura para que no nos de sorpresas y a pesar de todo, consigue dárnoslas.
Otra razón por la que me
ha gustado este libro, es porque en esta ocasión los Lennox están en Nápoles. Italia
es un país que me gusta mucho y leer libros que están ambientados allí siempre es
un aliciente para mí. Aunque en este caso no conozca Nápoles, sí que conozco
Roma (y me encanta esa ciudad). Y tengo unas ganas enormes de visitar Pompeya.
Pero la razón fundamental
por la que me ha gustado este libro, además de la trama de la que hablaré más
adelante, ha sido por la vuelta a los orígenes de Lionel Lennox que es mi ojito
derecho de todos los personajes que ha creado la autora hasta el momento. Y cuando suelta perlas como estas, no me queda más remedio que adorarlo:
El príncipe de los
prodigios está narrado en primera persona y en pasado por la propia Helena.
Recordemos que le está contando su vida a una periodista que quiere escribir su
biografía. Todo pasa por ella y es la única encargada de hacernos saber lo que
está pasando.
Ha sido de lo más emocionante –contestó mi padre-. He disfrutado especialmente del segundo sueño que he echado. Creo que dirigía una mina de estaño en Cornualles…
En este libro podemos
conocer un poco más de la juventud de Lionel y constatar que ya era el calavera
que conocimos al principio de ‘Tu nombre después de la lluvia’.
En cuanto a la trama de ‘El
príncipe de los prodigios’ poco os voy a contar para no hacer ningún spoiler. Solo
voy a decir, cosa que se menciona en la sinopsis, que en esta ocasión nuestros
protagonistas se enfrentan a un asesino en serie y que no tienen ninguna pista
que les pueda ayudar a resolver el problema.
Helena, nuestra
protagonista, es un personaje fuerte y decidido. No se deja intimidar fácilmente.
Es una digna hija de sus padres. De los dos, porque, aunque ella no se lo crea
se parece mucho a su madre también, aunque haya salido más al padre. Me gusta
su carácter y lo valiente y decidida que es.

El paseo que nos da
Victoria Álvarez por Nápoles y por Roma es de lo más gratificante. Y hace que
vuelvan las ganas de visitar Italia. Si, además, juega con el lector con
distintas subtramas y demás, la lectura del libro vuela. Los capítulos no son
muy largos, lo que hace que se pasen las paginas sin darse cuenta para
encontrarnos al final del libro casi sin habernos dado cuenta.
El príncipe de los
prodigios ha sido una lectura que he disfrutado mucho, que me ha hecho recordar
mis viajes a Italia y querer volver, pero, sobre todo, querer seguir leyendo de
esta peculiar familia de arqueólogos nada ortodoxos ni al uso.
¿Lo conocíais?
¿Lo habéis leído? ¿Os
llama la atención?
Contadme
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