Besos de libro #257 Una luna para Tyler (II)

Tenía que haberme detenido ahí. Haberle preguntado antes, lo sé. Pero no lo hice, así que me preparé para que me demostrara su disconformidad de mil maneras diferentes. Solo hubo una: estampó los puños en mi pecho, supuse que más como el broche final de todas sus acusaciones que como una negativa, porque casi a continuación un gemido ahogado salió de su garganta antes de dejarse llevar. Entre mis brazos, pude notar cómo cada músculo de su cuerpo se relajaba contra el mío. Cómo se adelantaba y enlazaba sus dedos llenos de anillos en torno a mi nuca para apretarse más contra mí. Cómo abrió su boca para dejarme entrar en ella por completo… Y mi autocontrol desapareció. Recibí su textura, su tacto, como si llevara siglos esperando aquel momento. Aquella manera de reencontrarnos, de volver a hacer fuego a partir de unas simples chispas.

Ella inclinó la cabeza hacia un lado y yo profundicé el beso. De buenas a primeras, me olvidé de mi propósito y disfruté hasta el punto de excitarme. Estaba tan empalmado que pensé que reventaría la bragueta de un momento a otro, pero no retrocedí ni un centímetro. Permanecí en el sitio, con ella pegada a mí por completo gracias a mis manos hundidas en su espalda, incapaz de moverlas en alguna otra dirección. Dios. Había olvidado cuánto lo había echado de menos. Casi pude notar cómo cada parte de mi cuerpo revivía con nuestras lenguas enroscadas y nuestros dientes chocando, sin ni siquiera saber que habían permanecido muertas.

—Martina, m 'aghaidh gealach ...

Una luna para Tyler – Elena Garquin